Un mal ciclista Vs un buen ciclista


Alejandro Calle Cardona

Ciudad / diciembre 17, 2019

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En la última década la bicicleta dejó de ser un objeto para la práctica deportiva de pocos y se convirtió en el medio de transporte de muchos. Esta revolución de la movilidad plantea nuevos retos de seguridad vial, y el ciclista es el primero que está llamado a cumplirlos.

 PUBLICADO 17 DE DICIEMBRE 2019 | POR JULIANA VÁSQUEZ POSADA

Las viejas glorias del ciclismo nacional como “Cochise” Rodríguez, Édgar Corredor, Lucho Herrera, Fabio Parra y recientemente Santiago Botero, Nairo Quintana y Rigoberto Urán, gestaron un camino para que la bici se volviera foco como deporte, pero al mismo tiempo, la preocupación generalizada por una movilidad sostenible, así como su flexibilidad y su economía, la convirtieron una alternativa viable para muchos ciudadanos.

“Con la popularización de la bicicleta como medio de transporte, también nos enfrentamos a dos conflictos que son permanentes en las vías: los hurtos y los accidentes. Y en los segundos, los ciclistas tenemos mucha responsabilidad”, aseguró el ciclista envigadeño Juan Diego Álvarez, conocido como Juan Trochas.

La raíz del problema, agrega él, es que los usuarios de la bicicleta se preocupan por cuidar el medio ambiente y aportar a la sostenibilidad a través del uso de un vehículo que no emite gases contaminantes, pero se olvidan todo el tiempo de su seguridad personal y de la de otros actores de la vía, “creemos que estamos haciendo todo bien porque no contaminamos y que eso nos da el derecho a incumplir las normas de tránsito y a poner en riesgo nuestra seguridad y la de los peatones, por ejemplo”.

A la falta de cultura vial de los ciclistas, y por supuesto de los conductores de otros vehículos y de los peatones, también se suma el vacío normativo que existe en el país, pues si bien existe la Ley 1811 de 2016 que incentiva el uso de la bici como transporte, y el Código Nacional de Tránsito reglamenta las ciclovías y los ciclocarriles, establece la velocidad máxima permitida y exige el uso de luces en horario nocturno, todavía faltan muchos aspectos claves por resolver.

“Aquí no tenemos una autoridad que nos diga si somos aptos para manejar una bicicleta, no tenemos que presentar un examen y conseguir una licencia como lo hacemos para manejar moto o carro y, en ese sentido, no nos concientizamos de que salir a la calle en bicicleta es como salir en cualquier otro vehículo”, explicó Juan Trochas.

Maniobrar una bicicleta es una habilidad que se suele adquirir en la infancia. Pero además de mantener el equilibro sobre un vehículo ligero de dos ruedas, deberíamos aprender conductas seguras básicas para transitar por la vía.

“Los ciclistas somos los primeros llamados a cuidarnos y a hacer de la vía un espacio seguro. No podemos evadir la responsabilidad que tenemos solo porque no estamos contaminando el planeta y los demás vehículos sí. Si exigimos que se nos respete como usuarios de la vía, tenemos que comportarnos como tal: cumplir las normas tránsito, usar los elementos de seguridad y mantener la bicicleta en óptimas condiciones”, enfatizó el ciclista.

Un buen ciclista                                          vs                   Un mal ciclista

Busca asesoría de expertos antes de adquirir una bici, para elegir una que sea confortable según sus características físicas y el uso que se le vaya a dar. Adquiere su bici desde el desconocimiento, sin evaluar si es la adecuada para su estatura, para el terreno y para los trayectos que va a transitar.
Revisa su bicicleta antes de salir: llantas, frenos y cadena. Usa la bici sin revisar las condiciones de seguridad mínimas.
Lleva su bici a mantenimiento preventivo regularmente.

 

Lleva su bici al taller solo cuando se le daña.
Porta una manilla de identificación o en su defecto, el documento de identidad Sale a las vías sin ninguna identificación.
Usa elementos básicos de protección como casco y gafas. . No usa los elementos básicos de protección y sale expuesto a la vía.
Cumple las normas de tránsito: no se estaciona en las cebras peatonales, respeta los semáforos, circula en el sentido de la vía, usa los carriles destinados para bicicletas, comparte la vía con otros vehículos, usa luz blanca adelante y roja atrás, como lo indica la norma. No cumple las normas de tránsito: para sobre las cebras peatonales, avanza con el semáforo en rojo, circula en contravía, no usa las ciclorrutas, transita sin luces, entre otros.
Usa ropa cómoda y elementos reflectivos en horario nocturno Usa ropa oscura y sin elementos reflectivos.
No transita por puentes, túneles y vías rápidas como autopistas. Transita por vías rápidas y de alto tráfico vehicular.
Transita a la velocidad máxima permitida de 25 km (que le permite reaccionar oportunamente a cualquier imprevisto) Excede la velocidad máxima permitida y pone en riesgo su vida y la de los demás actores de la vía.