Sin putas no hay Centro: con arte rechazan cercamiento a la Plaza Botero


Alejandro Calle Cardona

Ciudad / agosto 27, 2021

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Con la campaña “Medellín, ¿una ciudad para vivir o una ciudad para mostrar?”, colectivos rechazan la cerca impuesta a la Plaza Botero que estaría afectando a trabajadores informales y trabajadoras sexuales de la zona.

PUBLICADO 27 DE AGOSTO 2021

Cada cuatro años, en cada administración municipal de Medellín, se definen programas para lo que denominan como recuperación del Centro de la ciudad. Desde el pasado 7 de agosto, la Alcaldía de Medellín y la Gerencia del Centro cercaron la Plaza Botero para embellecer la zona y propiciar seguridad a los visitantes, según la administración municipal, este sería un plan piloto integral que luego podría aplicarse en otros parques de Medellín.

¿El objetivo? Evitar, según las autoridades, los continuos hurtos en el sector y el deterioro del espacio público y zonas verdes por parte de habitantes en situación de calle. Pero el cercamiento también restringió la libre circulación de vendedores ambulantes y trabajadoras sexuales, quienes se rebuscan el día a día.

Por medio del baile y la protesta social, movimientos sociales se reunieron en la Plaza Botero para levantar sus voces en contra del cercamiento de la plaza que estaría afectando el trabajo de cientos de personas que ven en este lugar una oportunidad para subsistir.

“El abrazo a la Plaza Botero es una estrategia de recuperación integral en la que participaron todas las secretarías y entes descentralizados con presencia en el territorio. Vuelve la tranquilidad para propios y visitantes a la Plaza Botero” afirmó Mónica Pabón, gerente del Centro.

Los trabajadores informales expresan que no han notado un cambio en términos de seguridad, pues la zona sigue siendo insegura y los únicos afectados han sido ellos, quienes trabajan en el parque y, con el cierre, son constantemente excluidos de la zona.

El DANE reveló que durante el trimestre abril – junio 2021, un 41,9% de la población de Medellín sobrevive del trabajo informal.

“Nosotros vivimos de esto y no podemos trabajar nada ahorita, no podemos pagar habitación, vivimos del diario, sí nos ha afectado bastante porque trabajabamos en este parque, ya nos sacaron de ahí y no vendemos casi nada. Ahora intenté entrar y me devolvieron, me dijeron que me iban a echar a espacio público para que me quitara el puesto, a la mayoría nos han dicho eso” afirmó Martha Guzmán, una vendedora ambulante.

SIN PUTAS NO HAY CENTRO

Según distintos movimientos sociales, la estrategia “Un abrazo a la Plaza Botero” crea barreras, limita y desplaza lo que “no está bien visto”. Por eso, por medio de la campaña “Medellín, ¿una ciudad para vivir o una ciudad para mostrar?” realizaron una protesta cultural por medio de un show de baile del colectivo TOLOPOSUNGO, donde elevaron su voz ante el encierro de la plaza.

“Hicimos una acción simbólica basada en el abrazo metálico que “abraza” la Plaza Botero. Rechazamos este cierre, rechazamos esta exclusión y nos preguntamos cuál es la limpieza, la recuperación y los estándares de belleza que tiene la administración. Esconder las problemáticas, meterlas bajo el tapete y excluirlas, no va a traer cosas buenas, al contrario, es seguir ignorando todo alrededor del trabajo informal y el trabajo sexual”, expresó Melissa Toro, directora de la organización Putamente Poderosas.

Las personas que trabajan en la zona hacen una denuncia por los hostigamientos y abuso policial que se ha incrementado en el territorio, afirman que son múltiples las amenazas de comparendos o de arrebatarles sus puestos de trabajo si no abandonan el parque.

“Todo el mundo tiene que salir, todas las mujeres, a cierta hora y si uno no se va, le pegan y todo. Estas rejas solo han servido para abusar de uno y no dejarlo trabajar. El gobierno no ayuda a las trabajadoras sexuales y tampoco dejan trabajar, entonces qué quieren que nosotras hagamos”, expresó una trabajadora sexual de la Plaza Botero.

Para Putamente Poderosas, El Derecho a No Obedecer y Otraparte, organizaciones que lideraron la protesta, si bien son necesarias las medidas que ayuden a combatir los índices de criminalidad y actos delictivos, exigen que esas medidas vengan acompañadas de estrategias puntuales que no impliquen exclusión ni discriminación hacia cientos de personas que subsisten diariamente en el territorio desde el trabajo informal.