Nadie responde por el ‘Juicio Final’


Alejandro Calle Cardona

Itagüí / noviembre 5, 2014

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Mientras avanza en uno de los murales de la Institución Educativa Adelaida Correa de Sabaneta, en la cabeza del maestro José Darío Rojas aún no hay explicación para la intervención que sufrió uno de sus más importantes trabajos: “El juicio final ante el gran trono blanco”, el cual realizó hace más de 20 años en una de las naves de la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Itagüí y que tardó 18 meses en su elaboración.

 

La representación artística del apocalipsis bíblico pasó de medir diez metros de alto por 36 metros de ancho, a un “pequeño” cuadro que conserva el centro del fresco. “El tema sugiere que ese día los muertos en la tierra, en las aguas y en el aire seremos llamados. Y esa fue la parte que no le gustó al padre y por eso la cubrió”, explicó.

Por ello, entre los trabajos de restauración que sufrió el templo principal del municipio, su párroco Carlos Mario Ochoa Gómez mandó a tapar la pintura con un muro falso de yeso al considerarlo muy “grande y muy feo”, tal y como se lo dio a entender al maestro Rojas.

“Yo ya me presentía que eso iba a pasar porque nunca cuidaron el mural como se debía y aunque en mis sueños estaba este momento, duele demasiado ver cómo la obra que más amo fue atropellada de esta forma por simples moralismos religiosos”, expresa el maestro, quien no entiende por qué si Dios trajo al hombre desnudo al mundo, el párroco ordenó tapar los desnudos de la obra.

Según explicó el Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia, el sacerdote aprovechó las reparaciones exteriores que estaban debidamente autorizadas, para intervenir el mural sin tener el debido permiso del Consejo Departamental de Patrimonio Cultural. “Y esto debió haberse hecho puesto que la iglesia, en su conjunto, es un bien de interés cultural, según el POT del 2000”.

Tras una visita técnica, el Instituto detectó que la obra, además de la modificación, sufrió daños al no ser protegida durante los trabajos. Por ello, le fue enviado un oficio al alcalde Carlos Andrés Trujillo González en el que lo insta a ordenarle a la parroquia “la demolición de la intervención, la restauración integral del mural y, si encuentra méritos, imponer una multa que podría superar los 300 millones de pesos”.

Mientras la Alcaldía de Itagüí asegura que ya adelanta las investigaciones para determinar el procedimiento a seguir, voceros de la Arquidiócesis de Medellín explicaron que el caso ya está en manos de un comité de arte eclesiástico, el cual determinará si defender o no el actuar del sacerdote.

El tema ha generado una gran polémica en las calles de Itagüí en las redes sociales. Los lectores de CIUDAD SUR dieron a conocer sus puntos de vista; para muchos lo que se hizo con la obra es un atropello al patrimonio de todos los itagüiseños.

 “Es un atentado contra el patrimonio cultural de Itagüí y de sus habitantes. Un mural que muestra una de las realidades basadas en la fe católica es desaparecido por el querer de una sola persona. No hay justificación alguna”, dijo Jesús María Henao.

Otros, en cambio, restan importancia a lo sucedido y valoran las obras de restauración del templo, incluso, coinciden en la pintura era vulgar. Según Naty Torres, “¿para qué ahogarse en un vaso de agua si no han tapado todo el muro?, simplemente es verlo un poco diferente, ¿por qué no valoran las cosas bonitas, los cambios positivos que le han hecho a la Iglesia?

Mientras continúa el debate y los estudios para determinar las responsabilidades de la intervención, el maestro Rojas sigue con sus pinceles dando forma a otra de sus obras con la esperanza de que esta no corra con la misma mala suerte y que algún día, llegue la respuesta que tanto desea: saber quién es el culpable del Juicio Final de su obra más amada.

 

Alejandro Calle Cardona

periodicociudadsur@gmail.com

Fotos: José Guarnizo- Luis Osorio- Alejandro Calle