Falleció el creador de la casa de las piedritas en Envigado


Alejandro Calle Cardona

Cultura / mayo 10, 2022

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Cuando Santiago le pidió matrimonio a Gloria, le hizo la promesa de construirle una casa de piedras y ofrecerle una flor cada día. Este es un homenaje a esta historia de piedra y corazón.

POR LÉA BOUCHERON | 10 DE MAYO DE 2022

Ambos nacidos y crecidos en Envigado, se conocieron de jovencitos. Santiago Rojas es del barrio San José, donde se encuentra la casa de piedritas, uno de los lugares más emblemáticos del municipio. Gloria Ochoa viene del barrio de La Mina. Gloria cuenta que la primera vez que vio a Santiago, se “enamoró de ese gamín, descalzo, con su pinta de mochilero, lleno de manillas”. Ella ya sabía que él era diferente, y que tenía unas ideas muy distintas a las que puede tener alguien “de vida normal”.

En aquella época, Santiago, encontraba la puerta cerrada por haber sobrepasado la hora autorizada por los padres de Gloria para recibir visitas y tomó la costumbre de lanzar una piedrita a la ventana de su enamorada, para dejarle saber que sí había pasado a verla.

En la cocina una piedrita marca así el recuerdo de esta historia: «las piedras hacen parte del camino», las mismas queSantiago y Gloria enfrentaron antes de alcanzar su sueño.

Santiago se tuvo que alejar durante ocho años para trabajar en Venezuela y Estados Unidos para finalmente el dinero suficiente para comprarle a su tía Gertrudis esta casita soñada, en este momento de un solo ambiente: la casa de las piedritas.

Desde entonces, hace más de treinta años, Santiago empezó a edificar con sus propias manos una casa de tres pisos. La casa de las piedritas, que parece salida de un cuento de hadas, está hecha casi exclusivamente con materiales recuperados. En su interior se encuentran una multitud de antigüedades y objetos reciclados, llenos de historias: piedras de todos los tamaños encontradas a lo largo de su vida, pedazos recuperados de antiguas construcciones, restos del ferrocarril de Medellín y de iglesias, mosaicos multicolores hechos de vidrios, canicas o incluso lentes de anteojos.…

Hace pocos años el tercer piso de la casa fue ampliado con un nuevo salón, para tener más espacio cuando reciben a su familia o sus numerosos amigos del barrio.  Hoy, su hogar se convirtió en una casa museo (pero habitada), visitada cada día por decenas de curiosos del mundo entero, quienes salen inspirados por la pasión y la belleza que se ve en la obra del maestro Santiago, el “Gaudí Colombiano”.

Pero lo que más sorprende es la historia de amor, la misma que Gloria no duda en confirmar: a su querido no se le olvidó ofrecerle la prometida flor ni un día, incluso cuando estaba afuera, las dibujaba en cartas que le mandaba. Él mismo sembraba las flores en el jardín o las recoge en la calle. Si las contáramos, ¡son un total de más de 14.600 flores!

Al artista le gustaba contar la anécdota de que un día un visitante le dijo que “¡pocos artistas tienen la suerte de vivir en su obra!”. Artista, soñador, arquitecto y obrero. Santiago Rosas fue todo esto a la vez. Hoy Envigado, especialmente sus vecinos, lamentan su partida, aunque su obra permanecerá eternamente.