La mujer que le ganó la lucha a los criaderos ilegales en Envigado


Alejandro Calle Cardona

Envigado / julio 27, 2016

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El Concejo de Envigado aprobó recientemente la política pública que reglamenta los criaderos y comercialización de animales domésticos en el municipio. Lo que pocos saben que es que detrás de este logro, está el impulso de una joven que ha sacrificado todo por sus amigos fieles: Juliana Álvarez.

Sonido ambiente: Pajaritos cantando. La paz del campo que muchos sueñan. En segundos, la melodía de fondo es un cántico compuesto por los ladridos de 160 perros que al ver llegar a Juliana Álvarez manifiestan, dirían los expertos en comportamiento animal, la felicidad de ver a su “humana favorita”.

Ella ingresa con dificultad a su albergue vestida con un overol azul y botas. Sus ojos delineados y brillantes miran con profundo amor a los perros que se abalanzan sobre ella correspondiendo a su cariño. Se pelean por su atención, saltan, mueven la cola y hasta aúllan. Es como si reconocieran que ella los ha salvado de la frialdad de los seres humanos, más que la de la calle.

“Desde pequeña me han gustado los animales y hace once años me propuse hacer algo por ellos. Comencé ayudándole a una señora a mantener los que ella tenía en su casa y fue una experiencia difícil porque ella sufría del síndrome de fatiga compasional, como se conoce a los acumuladores de animales”, cuenta Juliana.

Pero lo que esta joven mujer quería era ofrecer mejores condiciones de vida a los perros y gatos que nadie quiere y se embaucó en una aventura que le ha dado muchas satisfacciones y uno que otro dolor de cabeza. Comenzó a recibir animales que las familias ya no deseaban tener, en una casa finca en la Loma del Escobero de Envigado. Pero a ese espacio también llegaron “los enfermos, locos, a los que les faltaba una pata, los viejos, negros, feos y hasta ‘pelimalditos’. En resumidas cuentas, empecé a recibir a los desechos de la sociedad. Yo me creía la salvadora del mundo”, expresa.

Y como la situación estuvo a punto de salirse de control, buscó ayuda. Cuando el actual alcalde de Envigado, Raúl Cardona, se desempeñaba como secretario de Obras Públicas conoció su caso, se apersonó de él y le ayudó a ubicar su albergue en un lugar más cómodo. Hoy, el Hogar Amigo Fiel, es un espacio de dos hectáreas donde cuenta con 19 perreras y cinco cuarentenas, una gatera para los que padecen leucemia, otra para mininos sanos y una más para maternidad. Allí alberga 160 perros, 50 gatos y una mula que llama “La Vieja” y a la que salvó de ser insumo para salchichón, según recuerda Juliana.

Seis personas que ella paga de su propio bolsillo, se encargan del cuidado y alimentación de sus muchachos. Del mismo bolsillo también salen los recursos para la compra de las tres toneladas de cuido que ellos consumen al mes.

¿Y de dónde sale el dinero? Juliana es comisionista de bienes raíz, pero además, realiza bazares, coordina un ropavejero en el parque de Envigado, ofrece el servicio de guardería y también imprime un calendario con los más fotogénicos del Hogar Amigo Fiel, para solventar los gastos.

 

Impulso a una política pública

 

“A estos muchachos los recupero y entrego en adopción. Claro que cuando alguien viene buscando adoptar alguno, le hablo de todas las responsabilidades de tener una mascota. Porque todavía nos falta crear más conciencia de que los animales son seres vivos, no son juguetes, ni el antojo de un niño o un regalo. Todas las personas no están preparadas para tener una mascota”, manifiesta Juliana.

Para esta mujer lo más lindo y gratificante de su experiencia es encontrarse a estos seres con capacidad de olvidar y perdonar, algo difícil para los humanos. “En mi albergue logré recuperar a una Boston Terrier que fue enterrada viva en un sendero ecológico y cubierta con piedras porque ya su vientre no daba más crías. Tuvimos que llamar a los bomberos para su rescate. Ese fue el punto de quiebre. Estamos cansados de los criaderos ilegales en cualquier terraza o baño. Estamos cansados de ver cómo tiran a la calle a las perras que ya no dan más crías”.

Ese caso motivó uno de los mayores logros de Juliana: la reciente aprobación de la política pública que reglamenta los criaderos y comercialización  de animales domésticos en Envigado que tuvo el apoyo del concejal Julián Peinado. La meta era recolectar 10 mil firmas para dar impulso a este proyecto de la ciudadanía, pero se logró la recolección de 14.500. Ya en el Concejo se dio el visto bueno a esta iniciativa.

Sentada en la finca que sirve de albergue para sus animales, algunos de los cuales parecen sus guardianes, a Juliana se la aguan los ojos al concluir que “muchos animales necesitan hogar y merecen la oportunidad de tener una vida digna. Los negros, los viejos, los criollos, los feos. Todos merecen un hogar”, y espera que con la nueva política pública en Envigado se erradique la comercialización ilegal y el maltrato de los animales, por los cuales Juliana está dispuesta hasta dar la vida.

 

Por: Juliana Zuluaga

periodicociudadsur@gmail.com