El Valle de Aburrá respira otro aire


Alejandro Calle Cardona

Medio Ambiente / julio 6, 2018

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La densa nube gris de esmog que cubrió el cielo del área metropolitana entre marzo y abril de este año ya quedó en el pasado. Por estos días retorna el azul intenso y las 21 estaciones de monitoreo de calidad del aire permanecen en verde y amarillo. Aunque los indicadores son positivos, las alertas siguen prendidas por lo que las autoridades ambientales trabajan para evitar nuevos episodios de contaminación extrema.

El estado de prevención declarado por el Área Metropolitana a comienzo de año impidió que se alcanzara niveles peligrosos de concentración de partículas P.M 2.5, aunque varias estaciones alcanzaron estar en rojo y naranja. “Reaccionamos a tiempo y pese a que siempre hay polémica y malestar por las medidas, se pudo contener el efecto nocivo que se padeció en 2016 y 2017”, explicó Eugenio Prieto, director de la entidad.

Durante esta época seca en la región se sigue trabajando para la implementación del Plan de Gestión de Calidad del Aire, el cual fue bautizado por el directivo como la “dieta del territorio” e integra todas las acciones que diferentes entidades realizaban de manera aislada y sin ningún tipo de sistematización y análisis de información.

Reporte de calidad del aire durante la última semana.

El crecimiento desmedido de nuestro territorio provocó una explosión demográfica, el aumento de la industria y del parque automotor. Esto, sumado a la condición geográfica y a que Medellín es una de las 15 ciudades más densamente pobladas del mundo, generó un gran reto para los habitantes del Valle de Aburrá y sus gobernantes.

“Vamos en varias direcciones: creamos mesas sectoriales con los empresarios para establecer metas de reducción de contaminación y sanciones a los que no cumplan, con Ecopetrol queremos llegar a un calidad de combustible 10/10 porque el diésel que tenemos es altamente contaminante. Además, avanzamos en la implementación de los transportes masivos e integrados, así como en la promoción del uso de los viajes a pie o en bicicleta”, explicó Prieto.

Uno de los mayores obstáculos sigue siendo el parque automotor que aporta el cerca del 70% de las partículas contaminantes. A las irregularidades en el 50% de las certificaciones de los CDA, se suma que por las vías siguen circulando vehículos muy antiguos en mal estado. Por eso, el Área Metropolitana le propuso al Gobierno nacional establecer un periodo de vida útil para los carros y se está a la espera de que sea aprobado, lo que sacaría a centenares de vehículos.

La meta es que a 2030 se logre, no solo frenar el aumento de elementos contaminantes, sino decremento sostenido que permita una reducción de al menos el 70 por ciento de la contaminación que se emitiría en ese año de no ejecutar ningún plan.

POR PERIÓDICO CIUDAD SUR